domingo, 10 de noviembre de 2013

El gancho de la pregunta


La pregunta surge ligada a la curiosidad, al deseo de saber, como apunta el Diccionario de la Real Academia de la lengua Española ( DRAE). Cuando se despierta la curiosidad sobre algo, cuando alguién se hace consciente de la falta, de la incomplitud de lo sabido, entonces lanzamos el “gancho” (la pregunta), para intentar atrapar aquello que desconocemos para intentar completar el saber, aunque bien sabemos que nunca podremos atrapar todo el saber,por lo que la pregunta será  nuestra continua compañera.

Podremos con ella ir profundizando en la esencia de lo preguntado, pero siempre aparecerán nuevas y más profundas preguntas.

Lanzamos el “gancho pregunta “ (?), con la intención y el deseo de atrapar, de conocer, de dar respuesta a la curiosidad espontanea o propuesta. Es el deseo de saber lo que impulsa la herramienta.

La pregunta atrapa lo próximo, pero no se queda ahí, sobre todo si la curiosidad está suficientemente estimulada, aquí entra lla función docente, ayudar y activar al alumno en su búsqueda por conocer, por saber, aunque sea un saber siempre incompleto, un saber utópico como nos recuerda Galeano, cuando habla de la utopia.


Cualquier formación que se precie intenta que el alumno transforme su visión del mundo. Ya que uno sólo puede avanzar a partir de lo que tiene dentro. Resulta obvio que en el mundo en que nos movemos, no nos podemos formar sólo  a partir del proceso de descubrimiento personal, por gratificante y enriquecedor que resulte. Los formadores tenemos la obligación de allanar el camino, de informar de nuestro proceso personal, de nuestras experiencias, conocimientos y logros teoricos y prácticos, dialogando con el alumno. Eso nos obliga a mostrarnos, a decirnos a cuestionarnos y a aceptar ser cuestionados, a escuchar y a respetar el discurso del otro.

En este sentido voy a intentar dar respuesta en la medida de lo posible a preguntas formuladas por diferentes alumnos. Las preguntas presentadas serán un reflejo de las inquietudes de los alumnos durante su proceso formativo. Así pues iniciamos un camino interminable de preguntas-respuestas que espero nos enriquezca a todos, porque el hecho de preguntar y preguntarse ya es rico en sí mismo.

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