Un poco de reflexión sobre el momento de la Psicomotricidad

"La Psicomotricidad es una disciplina preventiva, educativa y o terapeútica que actúa sobre la totalidad del sujeto, a través de sensaciones, movimientos y juegos y su posterior representación, con la finalidad de que la persona se relacione satisfactoriamente consigo misma, con el espacio, tiempo y con los demás". Podríamos empezar unas reflexiones en torno a la Psicomotricidad a partir de esta definición amplia y genérica, pero que recoge elementos núcleares de lo que es el campo que nos ocupa. La importancia de la vivencia y el paso necesario a la representación de la vivencia, es la esencia del aporte psicomotriz, como bien han dicho autores como Wallon, el paso del acto al  pensamiento. La psicomotricidad no es una disciplina nueva, llevamos más de un siglo y medio de historia. Un recorrido histórico muy descrito por Pilar Arnaiz. No me voy a extender sobre la historia de la Psicomotricidad, aunque resulta muy interesante ver como ha evolucionado en los diversos países y comprobar como ideas e intuiciones se han ido trasformando en evidencia científica gracias a las investigaciones de los propios psicomotricistas, como sobre todo por las aportaciones de otras disciplinas como las neurociencias, el psicoanálisis... En España actualmente, siento que estamos en una cierta encrucijada con relación al lugar que ocupa la Psicomotricidad en el marco profesional. Algunos apuestan por una profesión propia al estilo de Francia, Uruguay, Belgica, Dinamarca..., otros situan la formación del psicomotricista en la formación de Postgrado, es decir, lo que habilita para la profesión seria la titulación previa (maestro, psicólogo, fisioterapeuta...) y la especialización psicomotriz a través de los Másters, permitiría realizar un abordaje psicomotriz en el campo educativo (maestros) o en el campo terapeútico (psicólogos, psicopedagogos, fisioterapeutas...), particularmente, me encantaria que se optase por la primera opción, pero hoy por hoy la veo inviable en España (no sé dentro de unos años), la política de las Universidades, parece que va más por reducir estudios de grados que no aumentarlos. Pero entonces surge una pregunta, o mejor dicho, un agravio, ya que si hay estudios y reconocimiento específico de la profesión, por ejemplo en Francia, que pasa con los profesionales de nuestro país? No vamos hacia un espacio educativo y profesional común, entonces no seria conveniente habilitar la profesión tal como ocurre en otros países de la Comunidad Europea?